
Tom decidió confiar en la jugada original sin adaptarse a la defensa rival. Justo antes de lanzar, un esquinero anticipa su pase y... ¡INTERCEPCIÓN!
El otro equipo corre hasta la zona de anotación y pierde el partido. Su entrenador le da una palmada en la espalda y le dice: "Chico, tienes talento, pero los grandes jugadores saben cuándo cambiar las reglas del juego."