
Tom siente el peso de la derrota en sus hombros. Se queda en el vestidor, mirando su casco con tristeza. Ha dedicado años de su vida a este deporte... pero quizás simplemente no está destinado a llegar a la NFL.
A pesar de las palabras del entrenador misterioso, algo dentro de él se rompe. No puede soportar otra derrota. Decide que es momento de dejar el fútbol atrás y buscar otro camino en su vida.
Su vida después del fútbol
Con el tiempo, Tom encuentra otras pasiones. Tal vez se convierte en entrenador de jóvenes promesas, o quizás simplemente disfruta viendo los partidos desde la comodidad de su hogar. Lo que es seguro es que, aunque el fútbol ya no forma parte de su vida, el amor por el juego nunca desaparecerá.